25.3.07

Slipping Away

El ruido de la frenada fue lo que perturbó el hasta entonces silencio a lo largo de la calle. Tras él, un golpe, cristales rotos y los gritos de quienes apenas diez segundos antes paseaban tranquilamente o se dirigían a sus trabajos sin imaginar que poco después sus planes para aquel día iban a cambiar estrepitosamente.

Las sirenas se escuchaban a lo lejos pero el caos que se había generado a lo largo de la estrecha calle le impedía el paso a las ambulancias y coches de policía que intentaban llegar hasta el lugar de la colisión, aunque sólo había algo que solapaba el sonido ensordecedor de aquellas sirenas. Los gritos de la gente pidiendo ayuda para sacar de los coches a las víctimas antes de que siguiera propagándose el incendio. Por el momento al menos había un superviviente, el hombre que conducía el segundo coche respiraba con dificultad y mantenía un pulso apenas perceptible al tacto, pero podía sostener con mínima fuerza la mano de la mujer que se encontraba hablándole a su lado.

- ¡Apártese señora, tenemos que intentar sacarle de ahí y llevarle al hospital!... ¡Tiene las piernas atrapadas con el volante! ¡Repito, tiene las piernas atrapadas con el volante, que entren los bomberos ahora mismo! ¡DEJEN PASO A LOS BOMBEROS!

El teniente Carter era el primer policía que lograba acceder al escenario y aunque antes había visto más accidentes de coche, aquel le resultó especialmente impactante, extraño, a primera vista no encontraba ninguna razón que hubiera podido producir esa escena casi dantesca. Había respondido al aviso y en menos de cinco minutos se había personado allí; la situación del coche que conducía aquel hombre concordaba con el tiempo transcurrido, pero en cambio el otro le inquietaba, no lograba entender por qué las llamas se centraban más en aquel. Aún no sabía quién había producido la colisión, pero por el rastro de las frenadas pudo observar que el origen se hallaba en la joven que se encontraba dentro de ese coche al que prácticamente era imposible acceder.

Los bomberos consiguieron sacar al hombre, las constantes cada vez eran más débiles pero la ambulancia estaba preparada y pudieron llevarle al hospital con la esperanza de que pudiera salir adelante; mientras tanto desde el exterior podía verse a la joven, nadie sabía si seguía viva, y si era así, cómo se encontraba, pero continuaba la lucha por apagar las llamas y acceder al interior del vehículo.

Minutos después lograron extinguir el fuego y empezaron la labor de sacarla del manojo de hierros al que había quedado reducido el coche. Todos los presentes dudaban que hubiera logrado sobrevivir, la temperatura dentro del coche había aumentado considerablemente y la inhalación de gases a la que había estado expuesta había sido lo suficientemente fuerte como para matarla. Uno de los bomberos logró sacarla y se produjo un silencio que resultó eterno. Sus ojos estaban cerrados y no respiraba, su cuerpo cayó inerte en la camilla a la espera de que los sanitarios hicieran el reconocimiento previo para saber si aún se podía hacer algo por ella, y arrodillados en el suelo procedieron a la exploración. “¡Está viva! - gritó uno de ellos – ¡preparad el kit de reanimación y llevadla a la ambulancia, está inconsciente pero tiene pulso, aún puede salir de esta! ¡Ahora, AHORA!”.

Con la mayor rapidez la subieron a la ambulancia y comenzaron a alejarse del lugar. De nuevo lo único que podían escuchar los transeúntes que aún quedaban allí eran las sirenas a lo lejos de algunos de los coches de policía que también abandonaban el escenario dejando tras de sí la conmoción de quienes habían sido testigos del accidente y la curiosidad de los que habían llegado después.

Mientras tanto, el teniente Carter empezó a pedir que todo aquel que no fuera testigo directo abandonara el escenario, tenía que averiguar qué era lo que había ocurrido y por qué muchos de los que allí estaban culpaban a dos hombres de haber sido los causantes del accidente, de la conducción temeraria de aquella joven que ahora se debatía entre la vida y la muerte camino del hospital más cercano. Algo en su interior le decía que no había sido un accidente más, que no se trataba de una joven que pretendía lucir un coche nuevo sino que, más bien, se trataba de una mujer que huía de alguien… o de algo.

3 comentarios:

Hades121 dijo...

Me ha gustado, la verdad es que si. Pero bueno, como ya he alabado mucho y tengo una reputacion que mantener, hala, un par de peros :P

La historia tiene un final que queda demasiado cojo o ambiguo. Al final no te enteras de nada de lo que ha pasado en realidad.

Y luego esta la angustia que metes en segun que momentos, que luego todo parece quedar en nada :P


Hala, ya me he puesto en plan criticon suficiente por hoy :P

aL* dijo...

Me ha gustado, me gusta como escribes!! :)

Contesto a Hades xD El final es así probablemente porq es inacabado, nos deja con la cosa de que no nos hemos enterado porqué ha sido, pero ya nos enteraremos!!

Puede ser eso??

Ya el segundo punto no sé, a mi me ha parecido que está bien jiji.

Sigue así de biennn!

Morgana dijo...

Ay, Risto, Risto... siempre sacando punta a las actuaciones de la people ;-p Aunque también es cierto que a veces viene bien recibir críticas, porque así se pueden cambiar esos pequeños (o grandes) fallos/defectos que una puede tener al relatar los argumentos :-)

Efectivamente está sin acabar, se supone que es el prólogo de un libro que tenía pensado escribir aunque como se me fue la inspiración quedó de momento en esto XD Pero vamos, aunque sueno repetitiva, y esta frase se va a acabar convirtiendo en un súper ventas ( XD ), muchas gracias, siempre alegra ver que a la gente le gusta lo que escribes y cómo lo escribes ^^