27.3.07

Sangre y Pasión: Capítulo 4

Me río para mis adentros al ver el nerviosismo con que la chica se acerca a mí. Aunque debo reconocer que parece una chica con las ideas claras y con agallas. Soy un desconocido para ella, y es obvio que no es de aquí, así que debería tener más motivos para desconfiar de mí. Aún con esas, decido lanzarle un último desafío mirándola una vez más a los ojos. Al final se notó que ella no pudo más y desvió brevemente la mirada, pero ya se había acabado el jugar. Ahora debíamos ser serios.

“Vas a trabajar aquí”, le dije en un perfecto español carente de todo acento. Ella se quedo sorprendida de que hablase su idioma, que supiese que es además el suyo pues no había dicho palabra. Además se sintió confusa, se le notaba en la cara. Seguí contándole lo que debía hacer. Sería un contrato de un mes de trabajo como camarera. El dinero lo recibiría mañana en billetes de diez dólares. El miércoles vendrían tres colombianos al bar, a una hora y hablarían con un cliente habitual de allí. Ella sólo tenía que llamar a un número de teléfono cuando sucediese. Yo volvería aquí al día siguiente, el jueves.

Se podía percibir que le costaba aceptar. Debía de tener dudas al respecto, pero yo sabía que mi oferta era buena. Seiscientos dólares no es algo que un recién llegado al país pueda rechazar así como así. Además si el asunto salía bien, tenía grandes planes para una periodista ansiosa de una carrera profesional. Con el paso de los minutos ella me había confesado muchas cosas. Sus estudios, ambiciones y el motivo por el que había decidido abandonar tan hermosa tierra para venir a una ciudad desconocida. Aún y todo, yo quería seguir permaneciendo anónimo así que me cuidé de que no supiese nada de mí. Mi embrujo había causado cierto éxito pero aun se la notaba con numerosos temores.

Se acercaba el amanecer, así que sin mediar más palabra me levanté de la mesa, le acaricié el rostro levemente y fui a hablar con el encargado del bar. Pagué mi deuda y la de ella, y le dirigí dos escasas palabras entre susurros a lo que asintió. Camino de la puerta, guiñé un ojo a un hombre con aspecto de matón que había cerca de la misma, de modo que nadie en el bar lo captase. No terminaba de confiar plenamente en la jovencita, así que tendrían que seguirla e investigar sobre ella y tenerme al tanto de todo descubrimiento. Quería conocerla mejor de lo que se conoce a sí misma.

Salí del antro, y retomé la misma ruta a pie por la que había venido. De este modo, perdido entre brumas y nieblas desaparecí de la vista de los viandantes. Me tenía bien merecido un dulce descanso para la salida del sol en mi lujosa y clásica mansión recóndita.

3 comentarios:

aL* dijo...

Ole con ole, puntuales como siempre ;) Aki tenéis otra dosis de la obra maestra xDDD

Espero que os vaya gustando, se admiten sugerencias!

Osaka!!! como empieces a destripar la mitad de las cosas la que te va a destripar de verdad voy a ser yo!! kedas avisao xDDD

Morgana dijo...

¡Madre! lo que me intriga es cómo lo váis a seguir ahora, porque está empezando a ponerse interesante :-D

¿Ideas? Mmmm... podrían ser muchas las vertientes que podría adquirir la historia... interesante, muy interesante ^^

Uy Osaka, cuidado que tu integridad física puede peligrar XD (aunque has estado lenta cielo, a un hombre hay cosas que le duelen más... y no guardan mucha relación con un destripamiento XD ) ¡ouch! ya he vuelto a escribir automaticamente XD

Hades121 dijo...

No hay que dejar que el sadismo salga de modo automatico. Hay que cultivarlo y guardarlo dentro de si para que pille de imprevisto a la pobre victima a la hora de usar de ello.