El inspector Mark Thomas (V parte)

“LONG SILVER STREET 68”

-¡Eso está a unas cuantas manzanas de aquí! – gritó el inspector. - ¡Vamos inmediatamente!
- Pediré refuerzos – dijo Sam.
-¿Pero que ocurre? – el hombre que lo había descifrado estaba asustado.

No hubo respuestas. Apenas pasaron diez segundos cuando en el despacho no quedaba nadie.

Mark Thomas decidió ir en silencio, seguramente los refuerzos ya se encargarían de echarlo todo a perder con las sirenas.

Una vez en la calle acertada y en el número correspondiente vieron una gran fábrica abandonada.

- Es gracioso, no me había percatado nunca de ésta fábrica. – dijo con ironía.

Desenfundaron sus pistolas y ambos se pusieron a los lados de la puerta principal. No costaría tirarla de una patada.

- Una… dos… y ¡tres! – se oyó decir a Mark

Los dos se pusieron con sus pistolas apuntando al interior del recinto. Decidieron entrar un poco más para examinar todo mejor. De repente todas las luces se encendieron y se escuchó una risa.

- Pensaba que tardarías menos Thomas – se oyó.

Y seguido, un rugido y una extraña figura saltó encima de él. Le costó librarse de aquella cosa. Cuando le pudo mirar a la cara vio de que se trataba, ahí estaba el asunto de los pelos de lobo. Era un hombre cuyo rostro apenas se podía distinguir, parecía realmente un lobo con dos piernas. En cuanto tuvo ocasión comenzó a dispararle. Ya se oían las sirenas de los demás coches que venían a ayudarlos. El hombre lobo se volvió a levantar. Antes de que pudiera volver a atacar, Sam se anticipó.

- Esas balas no sirven de nada. ¡Prueba estas otras! – dijo, y levantó un arma plateada que comenzó a disparar unas balas diferentes.

Aquella criatura cayó de golpe en el suelo. Al instante todo su pelo desapareció. Ahora era simplemente un hombre como cualquier otro.

- Se acabó – dijo Mark acercándose a él.
- Este no es Steve Landen. – observó Sam.
- Lo sé, pero todas las pruebas le señalan a él, es astuto, seguramente utilizó su huella de Landen para distraernos.

La policía entró corriendo.

- Llevároslo, esto ha terminado. – ordenó.
- Inspector – le dijo uno de sus agentes – Mientras estabais aquí con ese hombre se a cometido otro asesinato igual que los anteriores.
- ¿Qué? – preguntó incrédulo - ¿Qué pistas nos ha dejado?
- Una huella de la mano y un mensaje para usted. Eso sí, ésta vez no había pelo señor.
- Mierda. ¿Y qué decía el mensaje?

“¿Te creías que esto era así de fácil Thomas?”