Sentimientos Escondidos

No habían pasado ni cuatro días cuando me sentía débil. Pasaban las horas, y también los días de un modo que nada ni nadie podía llegar a imaginar, salvo aquel que lo vive. No puedo dejar de llenar mi cuerpo de nicotina y mis pulmones de sucio alquitrán, pero los nervios me vencen. No sé tampoco como, ni por qué hago lo que hago. Sólo se que me siento bien así. Sigue pasando el tiempo.

Esta mañana me levanto con dolor de cabeza. La resaca es arrolladora tras las noches libertinas o la bohemia. Sé lo que pasó, lo recuerdo, pero no tengo fuerzas de pensar. Palabras de más, o de menos, triste tragedia no poder centrarme ahora. Estoy ensoñando y perdurando a mis horas muertas ante el papel. Los sentimientos deben salir, o no hacerlo, sólo el futuro lo sabe. Pero en el fondo, no estoy incómodo. Se que las cosas me saldrán bien.

Vuelvo a perderme en situaciones que alteran mis percepciones, una vez más. Ya no sé lo que estrictamente está bien, y lo que es un error practicar. Pero la verdad es que hay algo que me invade. Entonces... será cuando digo: Te quiero.