El inspector Mark Thomas (VI parte)

- No puedo seguir con esto – dijo Mark Thomas nervioso.
- Veamos… los cadáveres suelen aparecer casi siempre en una misma zona, es decir, no están lejos los unos de los otros.
- Bien, quiero agentes camuflados por las zonas donde hemos encontrado a los muertos – ordenó girándose hacia varios hombres.

Todos asintieron. El plan sería la vigilancia. No había más posibilidades. Si vigilaban alrededor de todas las zonas igual tenían suerte y le encontraban.

Los agentes se colocaron en sus posiciones temprano, para que no hubiera ninguna sospecha. Allí pasaron horas y horas hasta que por fín, a las dos de la madrugada más o menos, apareció.

Los hombres camuflados ya habían observado a varias parejas por ahí y las vigilaban ya que el asesino iría donde ellas, como siempre.

Steve Landen solo llevaba un cuchillo.

- Inspector – dijo uno de ellos por teléfono – Venga a mi posición, está apunto de atacar.
- Voy. Le quiero vivo. Le va a caer cadena perpetua, o eso espero.
- Entendido.

El agente salió con otro para que no causara ningún daño. Ambos le apuntaron con las pistolas, pero el asesino tenía a un rehén cogido por el cuello amenazándole con su cuchillo. Si hacían algo le mataría. El teléfono comenzó a sonar de nuevo, sería Mark.

- Tira el teléfono al suelo y rómpele, si no, le mato. – amenazó.

Hizo lo que pedía, suponía que el inspector llegaría a la conclusión de que algo extraño estaba pasando.

- Ahora tirar las armas.
- Hazle caso – dijo uno al otro. Se había percatado de que Mark estaba escondido detrás de un árbol haciendo señas.

Una vez desarmados y Steve Landen con el cuchillo en el cuello del rehén, Mark yendo por detrás de él sigilosamente, le propinó un buen golpe con la parte de abajo de la pistola que le dejó inconsciente al instante. Los dos policías desarmados se encargaron de arrestarle y llevarle a la comisaría hasta que se despertase.

- ¿Has ido tu solo? – preguntó Sam una vez estuvo en su despacho.
- Si, digamos que ya se pasó a nivel personal este asunto.
- Ya se ha despertado, le tienes en el interrogatorio.
Mark entró con la intención de hablar poco con él.

- Hola. Solo te haré una pregunta. ¿Por qué todo esto?
- No sé, rencores del pasado – contestó sonriendo.
- ¿Rencores?
- Si. Gracias a ti me cayeron cinco años de cárcel.
- No me acuerdo. – dijo tajante Mark Thomas - ¿Y quién es ese hombre lobo?
- Suena gracioso ¿verdad? – rió – Digamos que es un amigo.
- Era. Te van a caer unos cuantos años más que la última vez. – le advirtió mientras se dirigía a la puerta – Ah. Y procuraré que sea cadena perpetua.
- ¡Yo solo cometí uno de los asesinatos!
- Me da igual. Por cómplice.

Mark salió dando un portazo y miró a Sam.

- Ahora si que se acabó – dijo – me voy a casa.

Sam no dijo nada. Solo le dedicó una sonrisa.