11.4.07

Sangre y Pasión: Capítulo 5

Todo esto me había dejado un poco aturdida. En realidad sabía que tenía e iba a aceptar la proposición de aquel hombre por algún motivo que todavía mi mente no podía saber. Cuando se fue, me encargué de hablar con el jefe del bar. No tuve problemas en que me dieran el trabajo por lo menos un mes, era raro, seguramente estarían muy necesitados de personal. Pedí una botella de agua para llevarme ya que ni siquiera había tenido tiempo de hacer compras y seguramente me haría falta. Agradecida me marché del local, estaba muy cansada y necesitaba dormir.

Todo transcurrió como el extraño me dijo. Miré el correo por casualidad, no llevaba allí ni dos días así que nadie me podía haber mandando nada. Era la costumbre, siempre que salía de casa abría automáticamente el buzón para ver si había cartas. Allí vi un sobre bastante grueso, el que abrí al instante descubriendo en su interior un taco de billetes. Todos de diez dólares. Subí a casa a toda prisa a dejarlo y con la misma me fui al bar. Llegué lo antes que pude, tal vez para ver si estaba el hombre al que conocí ayer y me explicara porque me había elegido a mi para esto y porque se confiaba tanto en que no me iba a ir directamente con el dinero y le iba a dejar tirado.

Lo mejor que pude hacer en esos momentos, era ponerme a trabajar y dejar de pensar en todo ese asunto que tanto me consumía. No tenía muy claro el meterme en asuntos ajenos y menos siendo mi segundo día de estancia en Nueva York. Me preparé para atender las mesas y la barra. Estaba bastante cansada porque no había dormido muy bien, pero podría resistirlo, además el primer día de trabajo hay que dar buena impresión.

Estuve entretenida un par de horas cuando de nuevo recordé las palabras de la noche anterior. En ese mismo instante tres hombres entraron por la puerta y se sentaron al lado de otro que ya estaba ahí desde hacía un rato. Mi corazón dio un vuelco y me quedé paralizada sin saber que hacer. Tenía que llamar a un número que me encargué de guardar en el bolsillo junto con diez dólares del sobre que había recibido. Las manos me temblaban ligeramente y no me atrevía.

Decidí ir a preguntar que deseaban. Dos de ellos un refresco y el otro agua. Totalmente normal. No sabía de qué podía ir el asunto en el que me habían metido, pero no me gustaría tener problemas con esos tres. Sus caras no daban muy buena impresión. Sin pensarlo más veces por si me arrepentía de mi acto, cogí el teléfono y llamé al número que estaba apuntado. Ahora solo tocaría esperar impaciente.

8 comentarios:

Morgana dijo...

¡Hey, ya tenemos la quinta entrega! ^^ Bueno, bueno, esto se pone interesante, la aparición de esos mendas le da un toque de intriga interesante ;-)

Hades121 dijo...

YA te he dicho antes por el MSN que me ha gustado Alba. A ver si yo mañana hago mi parte.

aL* dijo...

Ole! nas ayer que me aburría... xd

Morgana dijo...

A veces las mejores cosas salen del aburrimiento ^^ A ver si cuelgo la rayada que empecé a escribir el otro día con el portátil cuando se fue la luz... que hace bastante que no dejo mi huella por aquí XD

Hades121 dijo...

A ver si es verdad. Yo me voy ya al Parnasillo a beber un rato :P

Esta tarde colgare lo que haya escrito.

Morgana dijo...

Pásalo bien, pues :-P

Va, esta noche cuando llegue me autoimpongo terminarlo y colgarlo (sino luego me da la pereza y lo dejo en stand-by XD )

Hades121 dijo...

A ver si es verdad niña y nos deleitas con tus escritos esta noche.

Morgana dijo...

Hum... tenemos un pequeño problema técnico: primero he bajado a la compra, se acaba de marchar mi amiga hace cinco minutos y, aparte de estarnos partiendo la caja recordando nuestra etapa adolescente, no he hecho nada más XD