13.6.07

El Sótano Del Miedo II

Bueno, hace mucho que no escribía nada de tipo relato, y hace unos días decidí retomar la idea que tuve como guión de un corto y ampliarlo (no sé si mucho o poco). El capítulo que daba apertura a esta idea es El Sótano Del Miedo I, y esta noche presento la segunda entrega, lo que podría ser la continuación. Espero que os guste.

CAPÍTULO 2

Hacía dos meses de la sesión y todavía no conseguían recuperar la normalidad; desde que aquel espíritu (su supuesto amigo Juan) les había avisado de que estaban atracando a un amigo suyo, todos se preguntaban qué era lo que realmente se ocultaba tras esa tabla rodeada de letras. Las discusiones no pararon de sucederse y la desconfianza hizo mella en todos pues, individualmente, no creían que lo de Luís hubiera sido una casualidad, sino algo que estaba preparado por alguno de los asistentes para hacer la gracia y lograr que el miedo se apoderara del resto.

Sólo Yolanda y Ángel mantenían el contacto tras el encuentro, los demás no quisieron volver a hablar del tema y fueron alejándose poco a poco. Una tarde sentados ambos en la cafetería de la universidad retomaron lo que ocurrió aquél día y lo que supuso para su amistad.

- ¿Tú crees que algún día podrá volver todo a la normalidad?

- Sinceramente Yoli, no lo creo, ten en cuenta que con todo lo que ha ocurrido en estos dos meses nada podrá volver a ser igual.

- Lo comprendo, sé que no es agradable que te acusen de haber montado todo con tal de gastar una broma pesada sin sentido, pero no sé, creo que deberíais de daros una oportunidad…

- No perdona, yo no creo que deba dar ninguna oportunidad a nadie.

- ¡Pero Ángel! Después de todos estos años ¿vais a terminar así? No puedo creerlo.

- Pues más vale que te vayas haciendo a la idea porque es lo que va a ocurrir.

Ángel se calló y retiró su mirada de la de Yolanda, sabía que podía tener razón y que no merecía la pena tirar tantos años de amistad por algo así, pero su orgullo le impedía reconocerlo, no podía consentir que su “sexto sentido” fuera el responsable de la posible humillación que significaría volver a hablar con Sergio sobre lo acontecido aquella tarde. Se levantó de la silla completamente decidido a no volver a pensar en lo que Yolanda le había dicho, y tras despedirse de ella con un seco “ya hablaremos”, salió por la puerta camino de la estación de metro,

“Tal vez Yoli tenga razón… ¡no! Por supuesto que no la tiene… yo soy la víctima de toda esta confabulación, yo soy el más perjudicado ¡primero perdí a mi mejor amigo de la infancia! Y ahora… ahora he perdido la confianza de aquellos a los que más podía apreciar después de Juan… ¿Por qué tienen que ocurrir estas cosas?... ¡¿POR QUÉ?!”

Necesitaba un poco de aire, sentarse y poder pensar en todo lo que le estaba minando poco a poco. Sonó su móvil y vio que la llamada procedía del número de su amiga, la única que después de todo permanecía a su lado. No lo cogió, dejó que siguiera sonando, “Lo siento Yoli, no puedo hablar ahora, no quiero hablar” y lo silenció; abrió su mochila y lo guardó, cayendo en la cuenta de en ese momento de que aún llevaba aquella foto de los seis, la última instantánea que tenía del que había sido hasta ese momento uno de los mejores veranos de su vida y que no podría volver a repetirse jamás. En su interior se mezcló la alegría con la pena, la nostalgia con la tristeza, y la sonrisa que se había dibujado en su rostro fue borrada por el sentimiento de ira que le invadió; volvió a guardar la foto y echándose la mochila al hombro volvió a emprender el rumbo, no sin antes descargar parte de su frustración con las papeleras con las que se cruzaba en su camino.

El teléfono sonó de nuevo, esta vez tenía un mensaje, y aunque una parte de él no quería saber quién era, la curiosidad y el ansia de que fueran unas palabras agradables que pudieran hacerle sentir mejor fueron más fuertes, y cogió el móvil. Convencido de que se trataría de Yolanda desbloqueó el teclado mientras miraba fijamente la frase “Tiene un mensaje nuevo” escrita en la pantalla, pero cuando averiguó quién era el remitente cambió completamente su gesto.

“Vaya… esto sí que es algo que no me esperaba”.

3 comentarios:

aL* dijo...

uuuhh la segunda parte, es algo que no me esperaba :) como mola!! ya me has dejado con la intriga! XD queremos la tercera.!!! fijate que cuando he leido el titulo me sonaba y mi mente a recordado automaticamente la primera parte :P Esperaré lo siguiente!!

Yo en cuanto termine los examenes os deleitaré con algo que tengo en mente desde hace tiempo!!
Andrés? where are you? xDD

Morgana dijo...

Me alegra mucho que te haya gustado ^^ La verdad es que en un principio no tenía pensado continuarlo, pero me dio la vena el otro día y he decidido continuarlo hasta dónde llegue (de momento no he puesto un límite, lo que salga XD ) Estoy empezando a organizar las ideas para el siguiente capítulo, en cuanto lo tenga lo cuelgo (y por supuesto irán englobados en "mi libro" XD )

Pues a ver si podemos leerlo ya, que hay mono de vuestros escritos... y también la continuación de vuestra serie :-P

aL* dijo...

es que tia, el andres anda desaparecido xD por los examenes o yo q se, pero madre incluso yo escribo comentarios a las 12 de la noche mientras estudio sociologia, al Durkheim y sus suicidios xDDD